Juventud y suicidio es un binomio que provoca tristeza, preocupación y también una intensa emoción. De eso trata Karaoke Elusia, escrita y dirigida por Oriol Puig Grau, de juventud, de suicido, de amistad y provoca una intensa emoción, te golpea y te aturde. Un gran montaje con 3 jóvenes actores a un gran nivel como Lluis Arruga, Biel Montoro y Valeria Sorolla. Puede verse estos días en Madrid, hasta el 12 de febrero en la Sala de la Princesa del teatro María Guerrero de martes a domingos a las 18:00 horas.
Vi la función hace unos días y salí golpeado y aturdido por una doble sensación. Por un lado, la tristeza del tema en sí, el suicidio en general y en los jóvenes en particular, una de las lacras de nuestra hiperdesarrollada sociedad. Y por otro, la inmensa gratitud por haber disfrutado de un gran trabajo, cuidado y mimado, que lo convierten en una joya teatral. No sucede muchas veces, pero cuando pasa es muy agradable.
Es la historia de Sam, un joven de 17 años que ha intentado suicidarse y también es una historia de amistad entre Sam y sus dos inseparables Anita y Cristian. Los tres se reúnen en un karaoke para celebrar su graduación en el instituto y recordar el último año donde han pasado muchas cosas. El intento de suicidio y de lo que muchas veces hay alrededor, acoso escolar, incomprensión, padres preocupados, profesores que se preocupan de lo que sucede en el centro escolar y de otros que miran para otro lado, de padres de acosadores que niegan la posibilidad de que su hijo o hija sea capaz de maltratar físicamente o intelectualmente a compañeros. Una historia sobre la incapacidad de una sociedad para resolver algunos problemas, una historia de falta de comunicación y de silencio.
El texto y la dirección es de Oriol Puig Grau y la producción es de la sala Beckett en el contexto del proyecto de creación escénica Extended Universe. La escenografía son los cuerpos de los actores incluyendo sus teléfonos móviles, algo inexcusablemente unido a nosotros hoy en día, dos sillas y la música de un karaoke. Así que con este escenario desnudo brillan más los actores frente a un público situado a tres bandas. Anita es Valeria Sorolla, una joven actriz nominada a mejor actriz revelación en los premios goya de este año por su participación en “La consagración de la primavera”. Cristian es Lluís Arruga, un joven actor y cantante ya con experiencia sobre todo en Cataluña y Sam es Biel Montoro, a quien conocimos en la película “Diecisiete” y que también ha participado en varias series de televisión como “los herederos de la tierra “ o “Ana Tramel”. Los tres están soberbios y se ven perfectamente compenetrados. Es especialmente reseñable la mirada especial de Biel Montoso, que sabe conjugar con solvencia esa incomprensión del joven que intenta suicidarse y que probablemente ni si quiera él mismo sabe porqué. Los tres juegan, cantan, cambian de personaje sin aparente esfuerzo, saltan en el espacio es una interpretación coreografiada como una canción de un karaoke.
¿Por qué un tema que nos emociona y nos preocupa tanto tiene tan poco espacio es nuestro día a día? ¿Por qué seguimos tratando la salud mental y el suicido como un tabú, a pesar de las cifras sorprendentemente altas que tiñen la cruda realidad? ¿Por qué miramos para otro lado con el acoso? Porque además de la víctima también hay acosadores, chicos y chicas aparentemente normales, que son capaces de la mayorees crueldades ante la mirada inerte de profesores o de unos padres que no quieren creer que su hijo o su hija sea un acosador y un delincuente. Quizá miramos para otro lado para no asumir el fracaso de una sociedad que no sabe cuidar y tratar a nuestros jóvenes. Una sociedad que destina una parte ínfima del presupuesto sanitario para salud mental y que convive con el sufrimiento de cientos de chicos y chicas jóvenes que tiene que sufrir acoso sin disponer de las herramientas de apoyo necesarias.
Así que este montaje, aparte de ser un gran trabajo que se disfruta por su calidad y emoción, nos invita a una reflexión seria y profunda en torno al acoso y el suicido juvenil. Que más se puede pedir al teatro, enhorabuena.